La primera vez que oí hablar de Years and Years, la distópica serie de HBO, pensaba que se trataba de una proyección de como sería una sociedad transformada completamente por el uso y abuso de las tecnologías; pero es algo más que eso.
La serie nos lleva a un futuro no muy lejano en el que se dan las consecuencias del presente, de nuestro presente desde hace ya algunos años. Vertiginosas relaciones comerciales y sociales, favorecidas precisamente por las tecnologías de la comunicación, crean un mundo de efecto inmediato que ya empezamos a ver a nuestro alrededor, más preocupado por la solución inmediata de los asuntos que por pensar en cómo solucionarlos a largo plazo.
Una distopía que suena a realidad, a la nuestra, con el aislamiento y el abuso de influencias demasiado externas que producen las redes sociales, especialmente en los más jóvenes; el abuso de los bancos y la protección por parte de los gobiernos, la desconfianza en los políticos, la ridiculización de la política, el absoluto desprecio de la vida humana cuando los intereses políticos y económicos priman por encima de todo lo demás, el aislacionismo de los que se creen más fuertes (Estados Unidos, Reino Unido)… En definitiva, el egoísmo de todos y cada uno de nosotros alimentado por los que realmente tienen el poder y ante el que me sigo preguntando si realmente podemos hacer algo para cambiar este escenario.
¡Parece tan difícil de cambiar sin echarnos a la calle y generar una revolución! ¿Quién está dispuesto a arriesgar? ¿Quién no espera que las cosas se vaya colocando, así por inercia? ¿Quién no piensa que este fatalismo es signo de madurez y que como siempre el ser humano se adaptará a cualquier circunstancia?
Yo me contesto, a medias. «Puede ser que el ser humano se adapte pero quién parece no tener muchos años de vida es el mismo planeta que nos acoge», al que hemos dado la espalda de una manera tan atroz que nuestra forma de vivir, nuestra apuesta por el progreso, es incompatible con su sostenibilidad y con nuestra propia supervivencia (cambio climático, enfermedades, alergias, inestabilidad económica, política y social)
Con la conciencia de que ahora es el momento, que mañana ya será demasiado tarde, Years and Years da una clave sorpresiva para una serie de este estilo y de corte anglosajón: la familia.
La serie nos parece decir que en la familia residen todas las esperanzas para que la sociedad no acabe por desintegrarse, para que el amor siga impulsando la mayoría de las acciones que realizamos a lo largo de nuestra vida y para que siempre sepamos en quién podemos confiar si hemos puesto atención e intención.
El ser humano no podrá vivir sin amor, porque esa es su esencia, así que si a algo nos invita un mejor futuro, el utópico, es a querernos, a querer nuestro entorno, a querer a las generaciones que van llegando: solo así podremos evitar el desastre que parece que se avecina y ante el que muchos nos vemos impotentes para cambiar la tendencia.